Miércoles 4 de mayo

     Buenos días a todos. En este momento de oración, adoptamos una postura cómoda, respiramos profundamente y con una actitud relajada, comenzamos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Hoy pedimos a nuestra Buena Madre María, que nos siga cuidando, acompañando y guiando.

Con María lo tenemos todo, porque María tiene siempre a sus hijos en sus brazos o en su corazón, como está Jesús.

Escuchamos esta preciosa canción:




María, María para darte lo que tengo.
María, María para siempre estar contento.

- Si pudieras dar algo a María, ¿qué le darías?, ¿qué crees que a ella le gustaría que le dieses?
- ¿Qué es lo que te hace estar contento?

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios lo recrea en tan graciosa belleza;
a Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María,
te ofrezco desde este día alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!

Avemaría.