¡Buenos días a todos!
Los judíos tenían sus fiestas, como nosotros, que celebramos los días especiales y comemos juntos. Una de esas fiestas era la Pascua. Era para recordar que Dios los había ayudado a salir de Egipto, con la ayuda de Moisés.
Jesús envió a dos de sus discípulos para hacer los preparativos para esa fiesta. Ellos lo hicieron así.
Entonces, una noche, Jesús y los discípulos se juntaron a celebrar la Pascua. Estaban contentos. Comieron, cantaron, y charlaron. Hubo un momento muy especial. Jesús tomó en sus manos un trozo de pan, lo bendijo y se lo dio, mientras les decía: «Tomad, esto es mi cuerpo». Luego levantó una copa, dio gracias a Dios y se la pasó, diciéndoles: «Esta es mi sangre, derramada por todos».
Los amigos de Jesús estaban impresionados. Se daban cuenta de que les estaba dando una lección muy especial. Esa fue la última cena de Jesús con sus discípulos.