Jueves 18 de febrero

Jueves después de Ceniza

Introducción

Hacemos silencio. Dejamos a un lado todo aquello que nos pueda distraer y nos centramos en este momento de oración. Queremos poner el comienzo de nuestra jornada, con alegría, en manos de nuestro Padre Dios seguros de que Él nos escucha y acompaña siempre.


Padre, tú me escuchas.

Padre Dios: cuando te llamo tú me escuchas; cuando pienso en ti, me ayudas; si te olvido, en seguida me perdonas. 

Tú  sabes que quiero andar por el camino de la verdad; quiero estar atento para no caer en la pereza. 

Hoy te ofrezco todo lo que me cuesta porque confío en ti: tú me das ánimo y luz. Esto me llena de alegría y ya no deseo más cosas. Contigo me siento seguro.

           (Adaptación del salmo 4)


Interiorización

Hacemos silencio. Te invitamos a que mires dentro de ti algunas cositas que te cuesten. Ponlas delante del Señor y pídele que te ayude a superarlas con Su ánimo y tu esfuerzo.

Oración

Tú, Señor, me quieres y me cuidas; me perdonas y me ayudas. Tengo mucha suerte de ser hijo tuyo. Ayúdame a parecerme a mi hermano mayor, Jesús.

Padre nuestro