Si hay una actitud importante en la vida de un cristiano es:
Amar a todos, siempre.
Vamos a pensar unos minutos en el amor que recibimos de las personas que nos rodean y nos quieren (cuando te da cariño tu familia, la sonrisa de un compañero, su juego, el apoyo o ayuda de un amigo…).
¿Te resulta bonito recibir ese amor? ¿Cómo te sientes en esos momentos?
Si a nosotros nos encanta recibir esas acciones de afecto, nosotros también tenemos que darlas a los demás, y en eso está consistiendo nuestro Adviento.