Lectura del 15 de diciembre

Sal 33,2-3.6-7.17-18.19.23

En la oración de hoy le damos gracias a Dios porque siempre nos escucha


Bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloría en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren. 


Contempladlo, y quedaréis radiantes,

vuestro rostro no se avergonzará.

El afligido invocó al Señor,

él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. 


El Señor se enfrenta con los malhechores,

para borrar de la tierra su memoria.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha

y lo libra de sus angustias. 


El Señor está cerca de los atribulados,

salva a los abatidos.

El Señor redime a sus siervos,

no será castigado quien se acoge a él.