Sal 118
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor.
Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.
Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti.
Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras.
Ábreme los ojos, y contemplaré
Coloquio de búsqueda y encuentro
Gracias Jesús, amigo y compañero de fatigas,
tantos años a tu lado,
buscándote, conversando, mirándonos a los ojos,
analizando e interpretando la realidad.
Y es ahora, cuando me haces entender
de manera clara,
que lo importante para Ti no es ‘cumplir’.
No es ser fiel a la ley por la ley.
Ni no salirse de la raya, ni no trasgredir alguna norma.
¡Cuánto engaño puede haber en esta actitud!
Cuánto de satisfacción, de sentirse superior,
de apariencias y miedos ocultos…
y sobre todo tener una imagen falsa de Ti.
¡Qué bueno eres, Jesús!
Gracias, Señor de mi vida, diseñador de mi historia,
Luz en mis búsquedas.
Abre mis ojos para contemplar tus maravillas
las que obras en mí,
para que camine en libertad
para consentir al amor, a tu Amor
y darme feliz a los hermanos.
(Mª Rita Martín)
(Rezandovoy)