Lc 19, 45-48
Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: ‘Mi casa será casa de oración’; pero vosotros la habéis hecho una ‘cueva de bandidos’».
Todos los días enseñaba en el templo.
Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.