Evangelio del 10 de noviembre

Lc 17, 7-10

Jesús les dijo: «Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: ‘En seguida, ven y ponte a la mesa’? ¿No le diréis: ‘Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú’? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: ‘Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer’».

Si puedo

Si puedo hacer, hoy, alguna cosa,
si puedo realizar algún servicio,
si puedo decir algo bien dicho,
dime cómo hacerlo, Señor.

Si puedo arreglar un fallo humano,
si puedo dar fuerzas a mi prójimo,
si puedo alegrarlo con mi canto,
dime cómo hacerlo, Señor.

Si puedo ayudar a un desgraciado,
si puedo aliviar alguna carga,
si puedo irradiar más alegría,
dime cómo hacerlo, Señor.

(Grenville Kleiser)

La gran pregunta

Muchas veces, en la vida, perdemos tiempo preguntándonos: «Pero, ¿quién soy yo?» Y tú puedes preguntarte quién eres y pasar toda una vida buscando quién eres. Pero pregúntate: «¿Para quién soy yo?» Eres para Dios, sin duda. Pero Él quiso que seas también para los demás, y puso en ti muchas cualidades, inclinaciones, dones y carismas que no son para ti, sino para otros.
(Papa Francisco, Christus vivit nº 286)

(Rezando voy)