Miércoles 7 de octubre

Lc 11, 1-4

Los discípulos piden a Jesús que les enseñe a rezar.

EL PADRE NUESTRO AL REVÉS...


"Hijo mío, que estás en la tierra,

preocupado, solitario y tentado.

Yo conozco perfectamente tu nombre,

y lo pronuncio como santificándolo, porque te amo.


No, no estás sólo, sino habitado por Mí,

y juntos construimos este Reino

del que tú vas a ser el heredero.


Me gusta que hagas mi voluntad,

porque mi voluntad es que tú seas feliz,

ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.


Cuenta siempre conmigo,

y tendrás el pan para hoy, no te preocupes;

sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.


Sabes que perdono todas tus ofensas,

antes incluso de que las cometas;

por eso te pido que hagas lo mismo con los que a ti te ofenden.


Y, para que nunca caigas en la tentación,

cógete fuerte de mi mano,

y yo te libraré del mal,

pobre y querido hijo mío".


J.L. Martín Descalzo